Hay que ser mala persona para que no te gusten The Beatles: Finca Resalso

"Hay que ser mala persona para que no te gusten The Beatles".

Lo escribía el líder de Eels en su entrañable y penetrante autobiografía Things the grandchildren slould know (léela si no la has leído ya, que estás tardando).

No sé si tanto pero lo que sí creo -y vivo- es que la vida es mejor si te gustan The Beatles y si dejas que su música te acompañe en el tiempo que estés por aquí.

Los que nacimos en los 80 y descubrimos a The Beatles en los 90 (cuando fuimos adolescentes) tuvimos la tremenda suerte de que a la vez que visitábamos los vinilos, discos y cintas que nuestros padres tenían por casa (en la mía había una cinta recopilatorio llamada 20 éxitos de oro y varios EPs y singles entre los que tuve la suerte de contar con Help, Yellow Submarine o The Ballad of John and Yoko) se publicaba el extenso material Anthology: horas y horas los fab four conviviendo y grabando la que para mí -y para muchos- es la mayor obra de la música popular del siglo XX. Lo que John, Paul, George y Ringo fueron capaces de crear en apenas ocho años (entre 1962 y comienzos de 1970) es irrepetible.

Yo podría haber vivido de ese material desde mis 15 hasta mis 40 recién cumplidos. Pero la suerte que tenemos los fans de The Beatles es que no ha parado de salir material nuevo constantemente. Lo último, y que me tiene de rodillas, es una mini serie de 6 capítulos en la que Paul McCartney se sienta junto al productor Rick Rubin ante una mesa de mezclas y va diseccionando algunas de esas obras maestras mientras va salpicando con anécdotas o detalles de cómo se grabaron.

Cremita.

Lo he visto ya dos veces; está en Disney, casa a la que he perdonado el despropósito que está haciendo con Star Wars gracias a esta delicia.

Hay bodegas históricas de las que conocemos sus vinos más clásicos y que seguirían siendo un referente aunque no hubieran inventado o elaborado una etiqueta nueva en décadas, pero que al igual que la marca The Beatles han sido capaces de renovarse sin traicionarse.

Lo han hecho con nuevas botellas y marcas que saben transmitir los valores de los vinos originales, pero bajo una apariencia menos clásica, y a mejor precio, claro.

Ese es el caso de Emilio Moro (estos son lo de Emilio Moro, evidentemente, Cepa 21 o el elegante Malleolus) que con su Finca Resalso consiguieron algo difícil para las grandes: colocar un tinto de menos de 10€ sin bajar calidad y sin perjudicar la imagen de sus hermanos mayores.

Este tinto lleva el nombre de un viñedo plantado en 1932 (antes incluso que el nacimiento que cualquiera de los cuatro de Liverpool), que es cuando nació el señor Emilio Moro. Ribera del Duero directo, suave, sin ínfulas, pero un chollo para el precio que tiene.

P.D. Y sí, es The Beatles, no los Beatles, un poco de respeto.

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