La piscina de mis abuelos

Mi abuelo se daba su primer baño del día tirándose de cabeza desde un extremo del largo de la piscina y dejándose llevar por ese primer impulso, con su cuerpo completamente estirado. Desde las puntas de los dedos de las manos hasta el final de sus pies, como si fuera una tabla. Recorría el largo sin hacer esfuerzo alguno, como una canoa a la deriva, hasta que las puntas de sus dedos palpaban la pared contraria.
 
Entonces, y sólo entonces, sus dedos comenzaban a moverse como si hicieran cosquillas a la pared de la piscina, trepando hacia arriba como arañas hasta sentir el bordillo. Y solo en ese momento y no antes emergía la cabeza.
 
Vi aquella ceremonia durante muchos años cada día del verano. Ocurría justo después de rezar el Ángelus, porque en casa de mis abuelos se rezaba el Ángelus a diario al ritmo de un transistor y era el pistoletazo de salida para que nos pudiéramos bañar. Nunca un niño tuvo tanta devoción por el Ángelus. Pero es que sin Ángelus no había baño.
 
Mi abuelo se marchó hace casi 20 años, y hace casi 25 que dejamos aquel chalet y aquella piscina. Y quizá haga otros diez que se tiró por última vez a aquella piscina a la que cada mañana echábamos cloro juntos.
 
El paso del verano al otoño siempre me lleva a aquellos días. Cuando los fines de semana después del Ángelus ya no nos bañábamos porque el tiempo no acompañaba, pero aún quedaba un delicioso sol que iluminaba los aperitivos de boquerones en vinagre con patatas fritas marca La Montaña que preparaba mi abuela. Mis abuelos, tíos y madre tomaban botellines de Mahou. A mí me dejaban tomar tónicas y bitterkas.
 
Si algo hereda el otoño del verano es el aperitivo. Días como el de hoy nos invitan a aprovechar los rayos de sol con un vermú, un tinto, una caña. 
 
Ya no estamos en bañador ni con los pies llenos de arena. Pero es que el aperitivo no entiende de estaciones. Alarguemos el verano a la hora del aperitivo. Yo brindaré pasadas las 12. Supongo que coincidirá más o menos con el final del Ángelus. Podéis acompañarme.
@pascualdrake
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