Hemos aprendido que hay cosas a la que nunca se puede decir que no cuando alguien te las ofrece de manera espontánea y gratuita:
Un sándwich mixto: sea a la hora que sea siempre es un sí. De desayuno, de media mañana, de comida, merienda, o cena. Si alguien te ofrece un sándwich mixto se le dice que sí.
Que te limpien las gafas: si alguien se ofrece a limpiarte las gafas (las que sean: de sol, de ver, de postureo…) se le dice que sí y se le agradece.
Siempre.
Frutos secos pelados: siempre es un sí muy grande. Almendras, pistachos, pipas… ¿Qué tipo de ser humano le dice que no a un puñado? A la hora que sea, como el sándwich mixto.
También hemos aprendido lo difícil que es afinar una guitarra cuando ha pasado muchas horas al sol. A las guitarras les pasa como al vino, que el sol y la luz les sientan fatal. Se deforman y se rebelan. Ambos.
Nos hemos enterado de que Brad Pitt no quería interpretar el papel que Tarantino le ofreció para Malditos Bastardos. El director visitó al actor en su bodega -esa por la que Pitt y Jolie se están despellejando en los juzgados-. Pasaron la noche hablando. Amanecieron con cinco botellas vacías de rosado y un sí en la boca de Pitt. ¡Viva el rosado!
Ahora sabemos que navegando hace menos calor que en tierra; que una mañana recolectando bígaros entre las rocas con tus hijos es el pronóstico de un aperitivo perfecto; que una botella magnum (1,5l.) siempre se termina antes que dos botellas de 75cl., aunque la capacidad total sea la misma; que los macro festivales de música ya son más macro que musicales…
…también hemos desaprendido un par de cosas, pero es demasiado temprano para hablar de eso.
Quizá esta noche con el siguiente vino, ¿no?
Feliz vuelta. Va a ser una gran temporada.