En esto de vender uno sabe que está haciendo las cosas bien no solo cuando vende, si no cuando el que compra te dice que lo estás haciendo bien, que le gustas, que sigas así...
Desde que nació esta aventura hace nueve meses hemos tenido el inmenso honor de escuchas muchas cosas bonitas, que nos dan alas. También críticas, por su puesto, que nos ayudan a mejorar el vuelo.
Hoy nos apetece compartir con vosotros estas líneas que nos ha enviado Paula Susaeta, cliente y amiga.
Prometemos no mirarnos tanto el ombligo en próximas entregas, pero hoy nos apetecía compartir esto.
Ellos dicen que abajo el esnobismo y arriba el vino. Yo entonces preparo mis palabras para estar a la altura de esa premisa.
Una caja de vinos no es una caja de vinos. Una caja de vinos es un objeto volador, un circuito, una conversación, un puente entre tres generaciones. Esta caja de vinos es una ilusión, una pausa, una belleza… esta caja de vinos es un objeto precioso que se despliega como muñeca rusa en el patio de jugar.
Una vez al mes hay un aviso. Una vez al mes el portero me dice que ha llegado una caja “que pesa”. Una vez al mes es fiesta, porque sí, como las fiestas que inventamos en casa.
La caja llega y mi madre se asoma a ver si hay algún blanco mientras yo ojeo como viene, Max la coge sin preguntar y desaparece en su habitación. Una caja de Descorchify se convierte en un relato de familia. Nos juntamos en torno al vino y a lo bien hecho. Y digo bien hecho porque si no, Max (7 años) no querría las cajas para hacer estructuras voladoras (y no voladoras) imposibles, porque si los blancos dieran resaca mi madre no preguntaría, porque si las palabras del folleto no dijeran nada, yo no las miraría.
Claro que, si esta caja no sumara tanto, esta caja no estaría aquí, en mi casa, repartiendo alegría. Y un poco de historia y un poco de horizonte. Porque el vino es pasado y es mucho futuro. El vino es compartir y regalar. Este vino es, incluso, cierto compromiso. Huyo siempre de las suscripciones, me molesta el vínculo. Pero con esta sorpresa de vinos no. Siempre es nueva, siempre es útil, siempre me sorprende. ¿Esto no suena un poco a flechazo? Me ha encantado desde el día que llegó la primera. No me ha aburrido nunca. (Esto sí que suena a flechazo)
Descorchify es una buena historia. Para mí tiene algo del Capote de Desayuno en Tiffany´s, algo de las fotos de Garry Winogrand en Women are beautiful, algo de Nueva York.
Hay cosas que te arreglan un mal día, que arrancan las sonrisas del pozo. La curiosidad y los descubrimientos nos mantienen alerta. Porque estar vivo conlleva sus labores y sus esfuerzos hay que prestar atención a los disparadores, a los detalles efervescentes que con apenas un aleteo todo lo cambian de color.
“Cura los sentidos con el alma, y el alma con los sentidos”, decía Oscar Wilde. Somos cuerpo vivo, risa, luz, lengua. Somos papilas gustativas, garganta, nariz, piel. Somos días oscuros y noches en vela. También fiebre y carcajada. Somos caricias y asombros, helados de caramelo, saltos en los charcos y silencios. Somos puro deseo y pura estrategia, somos. muchísimo y también, reflexión.
No olvidemos que la belleza y la risa llaman a la belleza y a la risa, y esto es una cadena de magia de fuerza superior.
Una caja de vinos no es una caja de vinos: es un disparador.
Esta caja de vinos es una canción.
Gracias, Paula.